Diario de un Viaje (Paris-II)

Ya estamos montados en el avión, un avión muy barato, pero de colores muy chillones y asientos un poco incómodos, pero por lo demás muy bien. Junto a mí se sienta Alex, que estaba un poco asustado. Intento tranquilizarlo un poco, pero los nervios recorren todo su cuerpo, tras recorrer todo Barajas en el avión, despegamos. Como la noche estaba muy nublada decidimos dormir, aunque no pude y vi el amanecer desde el cielo.

Las nubes parecían de algodón, que pena que no tengamos ninguna foto. Tras casi dos horas de vuelo notamos como el avión comienza a descender, pero no vemos vicilización por ningún sitio, Alex y yo extrañados, nos miramos y seguimos buscando París, pero no lo vemos ni en el horizonte, notamos que pasamos varias veces por el mismo sitio, o las casillas eran las mismas, y aterrizamos al final en el Aeropuerto de Bouveau, si Isa si, todo muy barato pero me has aterrizado a 85 km de París, no está mal.

Ya en tierras francesas sacamos unos billetes al módico precio de 13 € y con un trayecto de dos horas que nos llevan a París.

No solo nos pilló un gran atasco, sinó que el que nos vendió los billetes resultaba ser Willy, nuestro conductor, que es un artista y conduce hasta con los ojos cerrados. Si os fijais bien en la foto, está con ellos cerrados. Además, no perdais de vista a la joven con la chaqueta blanca que está a la derecha, dará mucho que hablar.

En el autobús unas alemaaaaaaaaanas casi me parten las piernas con el asiento, pero por lo demás bien, dormido.

Llegamos casi donde queríamos a tan solo unos kilómetros de nuestro destino en París, así que al metro, yo creo que pasamos por la tia que tocaba el violín como unas 15 veces, era un poco extraño. Yo cada vez que pasaba le aplaudia, o le decia que era una artista, pero siempre tocaba igual de mal. Había mucha gente en el metro, no paraban de corretear.

Nos bajamos en la parada de motmatre o algo así, y voalá, estamos en el lugar donde Isa nos encontró nuestro hotelito, el barrio más rico de todo París, ale ahí. Creo que andamos como unas 3 horas para al final encontrar un precioso hotel de 4 estrellas al precio de 100€ la noche. Es evidente que nos fuimos de allí, no sin antes comer. Esta ha sido la primera y la última vez que fuimos.

Nos bajamos en la salida del metro de L'Opera, y encontramos una ganga, lo que pasa que teníamos que dormir algunso en el sofá, por lo demás, en nuestro ático bohemio. Yo creo que era la habitación del servicio de limpieza, pero al menos tenía baño y nos pudimos asear y descansar un poco. Nos tiramos como perros en los sofás y en las camas, y descansamos hasta las 4 para empezar a ver París sin las putas maletas.

Lo primero que vimos fue l'Opera, entramos, pero nos registraron que no llevaramos ni pistolas ni bombas, me acerco a la taquilla y me dice el artista "c'est fermé",ole, la frase se repetirá durante todo el viaje muchas veces, no la olvideis. Nos quedamos con las ganas de ver por dentro la Opera de París

Después decidimos ir a ver la Iglesia de la Santísima Trinidad, pero en el camino, encontramos un sitio para comer, bueno, todo París estaba lleno de tiendas que vendían bocadillos, croasanes, pan du chocolat, todo muy rico, y era inevitable pararse a comer algo.

Comidos los bocadillos nos dirigimos ya al fin a ver la Iglesia y después a ver La del Corazón de Jesús, un Iglesia Templaria situada a varios metros de altitud y unas centenas de escaleras que subir. Mira por donde pasamos por un supermercado y nos aprovisionamos de unas cuantas patatas fritas, nachos, salsa barbacoa, chocolate, una botella de ron y otra de vodka. La iglesia del Corazon de Jesús una pasada, me quedo con esa Iglesia de todas las que he visto en París, que pena que las catacumbas estaban cerradas. Allí había muchso personajes haciendo cosas raras, os dejo unas fotos para poneros los dientes largos.

Diremos que Isa no fue capaz de subir las escaleras, así que se perdió todo lo que vimos. Tras estar una buen ratico fuimos bajando poco a poco y nos sentamos en una fuente que había por ahí ciendo como un niño se metió en la fuente con una bice. Nos pareció muy raro, porque en España no solemos hacer eso, pero como estamos en otro país quizá sea normal. Pero para más inri resulta ser, que el cabroncete del niño se dedicaba a sustraer las monedas del fondo porque dice que las coleccionaba, anda que son tontos los franceses. Ahí no queda la cosa, de repente viene Alex diciendo que la ha llamado Isa, que unos negros la están acosando, miramos hacia la parte de las escaleras y vemos a Isa seguida por una panda de negros, jajaja, al principio me hizo gracia, pero después me preocupé y bajé a rescatarla.

Tras el descansito, bajamos a ver a los negros y resultaba ser que eran como las gitanas de la Catedral de Granada, tan solo que eran hombres y negros. Lo que querían era ponerte unos hilos en el dedo y que les pagaras, apañaos iban. Yo deseaban que vinieran para decirles NOOOOO.

Recuperados del susto, dijimos de ir a ver el Molino Rojo, y fuimos a ello. Asombro mío que la zona es como la casa de campo de Madrid, todo putas. Me hizo gracia ver junto a un McDonall un cine XXX con su cartelera en la puerta y todo. Tras bajar todo lo subido, vimos el famoso Moulin Rouge, una mierda, porque no puedes entrar, así que poyas.




















De nuevo el hambre se hizo presente en nuestra visita a Francia y encontramos un Italiano (irse a Francia para comer en un italiano) muy bueno en precio. Entramos y el hombre muy amable, nos inflamos, yo dejé mi plato super límpio y además cogimos un cuchillo prestado, si, si, prestado, no lo tengo yo, se quedo en Bouveau, porque lo necesitabamos para cortar limones, ya os contaré.

Comimos y vimos L'opera iluminada, y como somos como somos, queríamos hacer la mejor foto, pero para eso, nos teníamos que poner en mitad de la calle casi. Pues eso hicimos, Alberto, Alex y yo, en mitad de la calle, como era de noche, pues no pasaba nada. Hacemos nuestras fotos y decidimos volver a la acera pegados a unas vayas que había por allí de unas obras.

Sergio: Alex hay un control policial
Alex: Guay

Mientras ando puedo comtemplar como un policia ve que detrás de un coche aparecen dos tipos (nosotros) con mochilas, (llenas de alcohol) un trípode, cámaras, ... y el iluso del policia no tiene otra cosa que hacer que encender intermitentemente su linterna en mi cara para dejarme ciego durante unos segundos y desorientarme más todavia. Mis ocurrencias de decirle en español: "no se preocupe usted, que voy a cruzar, y por el paso de peatones". No se que pensaría pero no nos dijo nada y nos dejó. Pero mientras esperabamos para cruzar nos ponían nerviosos porque solo nos estaban mirando. Que susto mae mía.
Llegamos a nuestro ático bohemio y papi nos prepara unos cacharros de bodka porque el ron era pura colonia, que asco. Y llegó la hora de la locura, Alex por la ventana gritando a una pareja que estaba en la calle dentro de un coche (que no se que hacían, ...... pero bueno) que quería fiesta, todo esto en francés. Una locura vamos. Cada vez que se daba la vuelta le rellenabamos el vaso y el solo decía que el vaso no bajaba. También se disfrazó de condón, unas cosas que tenía en la cabeza.

Entrada ya la noche decidimos dormir, porque el día siguiente sería muy duro, así que, a dormir nos fuimos. Caimos rendidos en la cama, yo casi ni me entero de como caía.

Una jornada dura, en la próxima entrega hablaremos de: Perdidos en el Louvre, Como cantan bajo el Arco del Triunfo, La Estatua de la Libertad, Se acoplan a la Foto, que alta es la Torre Eiffeil y Dios, que hambre que tengo, todo está cerrado.