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Diario de un Viaje (Paris III)

miércoles, 30 de abril de 2008

Estaba yo en mi sueño numero 457, cuando un leve sonido hace que me despierte y escucho una vocecilla decir: "chicossssssss, estais ahí???????. La puerta sonaría unas 3465 veces, pero todos dormíamos, serían las ocho y media de la mañana, como madruga la gente. Alex decidió levantarse y abrir la puerta, y era Helena, preparada para un gran día.

Ya todos despiertos, Alex nos contó su experiencia a las 7 de la mañana después de tomarse unos "papis" (vodka, 7up y medio limón) en el baño, os lo imagináis no?????, pues si, vomitar no era.

Nos duchamos, nos preparamos, imaginate a 6 personas en el mismo baño a la vez, y bajamos para ir a desayunar. Que gran idea la de desayunar en un Starbuck o algo de eso, creo que fue de Isa, pero no estoy seguro, porque después dice que solo le hechamos la culpa a ella.

Tras gastarnos unos 5 € en el mejor zumo de naranja que he probado y un croasant, decidimos ir a ver el pequeño museo del Louvre. Nada más entrar lo primero que vemos es la pirámide de cristal, coño, es igual que la de la película de Código Davinci. Nos acercamos y que curiosidad, tenemos tenemos que pasar por una cinta los bolsos y cosas para que no entraran ni pistolas, ni nada. A un tio le quitaron una navaja, vayamos a que rajara el cuadro de la Gioconda.



Aquello era impresionante entras dentro de la pirámide, impresionante las escaleras mecánicas, pero más todavía un ascensor circular, una paranoia. Esperamos unos minutos en la cola y compramos las entradas, y nos aventuramos a una visita sin final.


Lo primero que vimos fue arte preclásico, es decir, jarrones rotos, figuras rotas, todo roto, no se pa que lo pusieron ahí, si total, estaba roto. Visitamos las esculturas romanas, con tios sin nariz, romanos, emnperadores, hasta aquí todo muy bonito, pero Isa, Alex y María llevaban un ritmo y Alberto y Helena tenían otro, así que fui a avisar a los tres que iban muy rápido y se estaban separando pero no los encontré, bueno, pues vuelvo con Alberto y su novia para iluminar su camino, pero magia, tampoco estaban. Por unos segundos que parecieron horas, me sentí solo y perdido, sin tenléfono, todo. Menos mal que llegó Alberto y me salvó. Visitamos todo el Imperio Romano, Grecia, Egipto, Edad Medieval, y no se cuantas miles de culturas más, nunca terminaba, parecía que sí, pero las galerias seguían y seguían, pero yo quería ver cuadros, y ahí solo había cosas rotas.




Llamamos a Isa y estaban en la Mona Lisa, pues ahí quedamos pues, en 10 minutos estamos ahí. Que guapo, llegamos y no estaban, los llamamos y llegaban en pocos minutos, peo llegaron sin Alex, solo María e Isa, que bien. Alex se mosqueó porque iban muy rápido, bueno en minutos nos juntamos de nuevo todos y seguimos nuestra andadura por el Louvre. Allí gente pintando cuadros, muy bonito todo. Vimos el arte de África, de America Latina, .....


Llegó el momento de ver los Apartamentos de Napoleón, un palacete que está dentro del Louvre, una maravilla, pero Alex y María se fueron a ver Egipto, bueno pués ya nos encontraremos.


Después de andar mas de 1 hora viendo el palacete a Helena se le ocurre la magnifica idea de visitar los cuadros de pintores franceses del siglo XIX, bueno, miro el mapa y resulta ser que está en la otra punta del Louvre. Ciertamente así dicho parece poco, pero teneis que ver lo lejos que estaba. Andamos como que unos 20 minutos para llegar, y para más inri, llegamos y en menos de 1 minuto ve las galerias, o mejor dicho media galeria y decide volver. Por unos segundos pasó por mi mente un cuchillo, el cuello de Helena, la gendarmeria y la cárcel. Me gustó la expresión de Alberto que me dijo: "Rosillo, sácanos de aquí".

En pocos minutos el aire nos daba en la cara, no me lo creía, estábamos en la calle, buscamos un banco y nos sentamos muertos mientras esperábamos que llegaran Alex y María. Todos junto, reventados y muertos de hambre decidimos hacernos la última foto ante el Louvre, Isa abre su bolso, pero qué pasa??, no encuentra su cámara, nooooooooooooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Tras vaciar el bolso en la plaza y parecer policías secretas registrando un bolso, decido ir con Isa de nuevo al Louvre por si la han encontrado. Otra vez por el detector de metales, bajamos a información e Isa comienza a explicarle:

Isa: "I lost my photo camera"
Carmenchu: "What type is it??
I: "I don't Know"
C: "What colour??"
I: "it's green"
Sergio: "¿verde?"
I: "no, es gris"
S: "le has dicho verde"
I (todo roja y nerviosa): "It's gray"

Carmenchu (la mujer que nos atendió) la muy amable trajo la cámara de Isa y después de ver una foto de Alberto y Helena dijo que era nuestra (qué pensaría que éramos nosotros???)

Salimos fuera y nos hacemos la foto tuenti, y corriendo a buscar un sitio para comer. Lo que vimos fue un McDonall, que rico, todos dentro.

El mejor sitio para pedir, el McDonall es un idioma internacional, a la primera me sirvieron mi BigMac, con mis Deluxe y mi Fanta. Subimos a la segunda planta comemos y nos tiramos mas de una hora, teníamos que descansar después de las horas en el Louvre. Para nuestro asombro una pareja de jóvenes de unos 16 años, estaban dándose el lote, pero uno encima de otro, metiéndose mano descaradamente y nosotros todo el rato: "A follar al campo". Para colomo el tio del McDonall tenía una manera rara de fregar el suelo, tiraba agua al suelo con un cubo ante el asombro de los asistentes y con una fregona esturreaba el agua por el suelo, que cosas. Tenia unas patillas como la melena de Alex y cada vez que pasaba nos miraba como si fuéramos a robar algo, yo que se.

Decidimos levantarnos para irnos y que guapo cuando bajando las escaleras escuchamos la dulce voz del cabrón del patilla: "sil vous plait" y nos señala a la mesa llena de bandejas, manda huevos, la teníamos que recoger, yo evidentemente no la recogí, pero los demás si. Buenos pues vámonos al Arco del Triunfo. Un ratico en el metro y salimos y allí estaba.


El Arco del Triunfo rodeado de policias, coño cuanta seguridad. Nos acercamos y había un evento a los militares caidos, algo raro. Pero que gracia tiene, un tio con un micro cantando, muchos tios con banderas, una vieja llorando, todo en uno. Alex ligando con unas alemaaaaaanas, unos niños nos hablaban en español malisimamente, todo, todo y todo.



Hasta la polla de aguantar nos vamos para la Torre Eiffeil, pero gran idea de Alex de, vamos a la Estatua de la Libertad, vámonos, fuimos Alex, María, "Alberto" y yo. A mitad de camino Alberto tiene una llamada al móvil y decide abandonar lo mejor del viaje. Pasamos por la calle llena de piedras de puntas, los coches casi nos atropellan, cruzamos por un puente con 8 carriles y coches pasando, para morirse. Todo para ver a la Estatua de la Libertad, bueno eso y que millones de mosquitos nos quiseran deborar, se ve que por allí no iba mucha gente.



Volvemos a la Torre y nada haciendo el payaso en la cola hasta que llegamos junto a la cagada de Isa, pobretica que le daba miedo. Subimos en un ascensor, y ale parriba y la tia del ascensor dice: "El que haya pagado hasta el primer nivel que baje". Como es evidente no bajó nadie, que tia mas ilusa.



Subimos al segundo nivel y después otro ascensor que nos llevó hasta todo lo alto, que pequeño era todo desde arriba. menos mal que llevaba mucha chatarra en el bolsillo, sino me vuelo porque hacia un aire que madre mía. Según Alberto la Torre se movía, pero no se, yo no noté nada.


Nada más bajar, una orda de pieles oscuras nos atacan con millones de Torrecillas para que se las compráramos, mucho regatear y al final, compré 12 Torres-llavero y una torre mediana por 5€. Para más colmo dos lásers que costaban 7€ cada uno, los sacamos por 7€ los dos, uno para mí y otro para Alex.



Volvemos al metro para ir al Hotel a eso de las 12 de la noche, estamos sentados y vemos justo en el andén que tenemos frente al nuestro una muchacha de unos 20tantos años con un lazo y una orejas de minimouse en la cabeza, yo dando voces diciéndoles que hacía con eso, que se lo quitara, y que casualidad que cruza donde estamos nosotros y yo seguía diciéndoles cosillas, disimuladas claro está, y de repente la mujer me dice: "¿Por qué no pronuncias las eses". Ostia, que habla españols, que guapo. Me dice que es mejicana, etc. etc. etc. me cuenta su vida vamos. De repente un grupo de negros se acercan, los que vendían en la torre estaban ahí, olé. Y para colmo, otro grupo de unos 100 alumnos de unos 16 años aparecen, y son españoles, ole.

No se nos ocurrre otra cosa que poner el himno nacional de nuestra patria. Todos se dan la vuelta, nos miran y el murmullo se hace general. VIVA ESPAÑA.

LLega el metro, y el primer vagón está apagado, por lo que deduzco que no se abrirá y comienzo a caminar hacia el segundo vagón. Cuando miro hacia atrás veo a un puñado de pieles oscuras y a una orda de 100 niños corriendo hacia mí, mi primer movimiento, correr también, y decir a voz viva: "¿Dónde están los míos?". Una vez dentro del metro una lata de cerveza derramada por el suelo hace que el olor sea un poco desagradable, me recordaba a la clase de ESCO algunos días de verano (ya sabeis no???). LLegamos a nuestro hotel sobre las 1 de la mañana, sin cenar. Que bien. Los hombres de la casa salimos a la aventura para encontrar un sitio donde comer, pero todo está cerrado, entonces nuestro olfato nos lleva a una calle en la que hay dos tiendas abiertas. Entramos primero a la que vendía los sadwiches ya hechos desde hace un mes, pero nada más entrar, mejor dicho antes de poner el pie dentro de la tienda escucho: "ces't fermé". Y ya estamos con la polla el fermé. Pues nada, vamos a una tienda de un morillo que estaba al lao que ya estaba cerrando pero nos vió y no sdejó entrar, de verdad muy simpático el hombre.

No se me olvidará la cara que puso cuando entramos cada uno por un pasillo cogiendo lo primero que encontrábamos para comer a diestro y siniestro, que arte. Nos dejamos casi 40€ en la cena. las llevamos hasta el hotel, y tras un rato llamando al timbre para que nos abrieran aparece Hamilton en camiseta interior para abrirnos, madre mía que arte.

Mientras nos acomodamos, las mujeres nos preparan la riquñisima cena con quesitos, mortadela, patatas, y demás cosas de urgencias. Pues ale, a dormir se dijo, nos tumbámos en las camas pero Alex y yo teníamos ganas de fiesta, y con los lasers nos ponemos a hacer el panoli con la habitación a oscuras, yo soy la torre y el avión, corre que te pillo y demás patochás que se nos ocurrían.

"Vamos a dormir" dijimos Alex y yo, pero a los 3 minutos un rudio al que no estaba acostumbrado rompió el silencio parisino, ¿Quién pollas ronca" le pregunté. Nadie lo sabía, pero el que fuera nos iba a tragar. Me agarré como pude a mi cama mientras gritaba "ehhhhhhhhhh con las cabras", pero nada tio, ni se enteraban, se enteró hasta Nicolas Saskozy desde su palacete. Al final me levanté a decirle a Isa que se moviera o se fuera a dormir a la bañera, pero me llevé una sorpresa cuando vi que era María. Diosssssss, como de una cosa tan pequeña puede salir un ruido tan grande. Se movió, pero de vez en cuando sonaba ese ruidito, menos mal que me puse el mp3 y todo se terminó.

Aquí termina el día tan largo e intenso que madre mía acabé reventado. En la próxima entrega: Los palacios de Versalles, la Concorde, Las fotos a desconocidos, buscando la línea rosa, que mal sienta la línea japonesa, Willy y su autobús, el Caldero Chorreante, nos quieren atracar, allanamiento de morada, los baños de Bouveau, el regreso a mi Patria.

3 comentarios:

Alberto-Istary dijo...

Lo mejor de la entrada o ma mejor frase del día: "Rosillo, sácanos de aquí".

Sergio Rosillo dijo...

jajaja que razón tienes

Álex Cámara dijo...

jaja que wen resumen! me parto xD te ha faltado emn lo de la proxima entrega: las mexicanas con el no mames wey!xD